Empieza la aventura del
aprendizaje libre en la infancia

El Nido es un proyecto que nace de la reflexión atenta de varias familias costarricenses y de otros países del mundo, sobre los procesos de aprendizaje y el crecimiento armónico en las diferentes etapas que vivimos los seres humanos.

Creemos en la necesidad de crear un espacio vivo y activo, es decir, un espacio en el que la actividad espontánea de los niños y las niñas sean la base de todo aprendizaje, un espacio que pueda satisfacer las ganas de saber, actuar y crear que se manifiestan en cada individuo.

De acuerdo con el modelo pedagógico no directivo, situamos a la niñez en el centro del proceso de aprendizaje, creando las condiciones y los entornos adecuados para que desde sus exploraciones y, sobre todo, de sus propias necesidades internas, descubran el mundo.

Aumenta su confianza creativa

De acuerdo con el modelo pedagógico no directivo[1] los niños y las niñas son el centro del proceso de aprendizaje.

A partir de ese fundamento se crean las condiciones y los entornos adecuados para que sean los(as) niños(as) los(as) protagonistas de sus propias experiencias y exploraciones, de modo que puedan sentir, pensar y actuar en el mundo desde sus propias aspiraciones y necesidades internas, con el acompañamiento amoroso de su familia y comunidad afectiva.

        [1]     Rebeca Wild, Aprender a vivir con niños:

                    Ser para educar, Herder, 2007.

“Cuando los niños actúan por su propia iniciativa e interés, aprenden y adquieren capacidades y conocimientos muchos más sólidos que si se intenta inculcar desde el exterior, estos mismos aprendizajes.”

Emmi Pinkler

Las propuestas que se realizan en los ambientes preparados para el juego libre se centran en el aprendizaje, tomando completa distancia de la educación vertical centrada en la autoridad de la persona adulta. Desde el momento del nacimiento, cada bebé está preparado para desarrollar paulatinamente sus habilidades y conocimientos como parte de su potencial humano [1], es decir, no necesita de relaciones basadas en instrucciones, sino de un ambiente de confianza que favorezca su desarrollo.

Lo más importante, por tanto, es crear los ambientes de manera consciente, proteger el don de la curiosidad con el que toda persona que llega a este mundo y acompañar, como personas adultas, desde el presente donde mora la mente de las niñas(os), en el aquí y ahora de cada día de la vida [2].

[1]     Esperanza Chacòn, Edgar Espinosa, El Encanto del autodescubrimiento, EG, 2020.

[2]     Margarita Valencia Amores, Descubriendo el universo de los niños, Sueños de can, 2023,